Aumento de las intoxicaciones por plaguicidas en Bolivia

Autores/as

  • Ulrike Bickel Autor/a

Palabras clave:

Bolivia, plaguicidas, agroquímicos, contrabando, empresas importadoras, sustancias prohibidas, envases de plaguicidas, salud, biomonitorización, contaminación de ecosistemas, contaminación de agua

Resumen

El uso de plaguicidas en Bolivia se ha quintuplicado en los últimos 15 años y actualmente es muy alto, con 50 000 toneladas de ingredientes activos por año (Instituto Nacional de Estadística-INE, 2018). Solo hace menos de cinco años que el 38% de los agricultores comenzó a usar agroquímicos, mientras el 29,5% ya los viene usando desde hace cinco o diez años, y solo el 31,2% usa plaguicidas durante diez años o más.
En Bolivia no se producen plaguicidas pero sí se importan y a las importaciones legales se suman los plaguicidas que ingresan por la vía del contrabando. El control público en las fronteras y en los mercados, tanto como las sanciones por la venta ilegal son muy deficientes. En el campo se observa un uso indiscriminado de plaguicidas. Los agricultores mezclan “cocteles” de fungicidas e insecticidas altamente tóxicos, muchas veces sin la debida protección individual. Por carencia de sistemas de recolección y eliminación de cobertura nacional, grandes cantidades de envases vacíos no son recolectados y contaminan las aguas y ecosistemas, principalmente en zonas rurales con pequeña y mediana agricultura. 
Asimismo, un problema fundamental es que Bolivia carece de un sistema de formación agropecuaria profesional y de asesoramiento agrícola público y descentralizado que esté al alcance de los agricultores familiares campesinos con cobertura nacional, sin fines de lucro, y con miras a eliminar la dependencia de estos agricultores de los insumos externos caros y lograr agroecosistemas sostenibles.
Para la elaboración de mi tesis he recolectado la evidencia científica disponible sobre la exposición a plaguicidas –en Bolivia y otros países– vinculada con enfermedades como el cáncer, Alzheimer, Parkinson, trastornos hormonales, degradación del sistema nervioso, abortos, malformaciones, problemas de desarrollo y esterilidad. En mis visitas a las zonas rurales de Bolivia he constatado la existencia de estas enfermedades en la población rural entrevistada. A la exposición directa de los agricultores se suma el riesgo considerable para los consumidores de alimentos contaminados con residuos de plaguicidas que se venden en los mercados de Bolivia, sin que exista un monitoreo público de la inocuidad alimentaria.
El gobierno boliviano debe tomar en el futuro medidas institucionales precautorias y crear un marco regulatorio eficaz para garantizar que estén protegidos los grupos más sensibles y vulnerables –como niños y niñas, mujeres gestantes, agricultores, jornaleros agrícolas, pueblos indígenas y trabajadores migrantes–ante el impacto de los agroquímicos.

Biografía del autor/a

  • Ulrike Bickel

    Socioeconomista y agrónoma tropical. En el marco de su tesis sobre protección ambiental ha investigado el uso de plaguicidas en tres ecorregiones bolivianas en marzo de 2018.

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Publicado

2018-09-30