Agricultura urbana: respuesta local a un desafío global

Autores/as

  • Trinidad Alemán Santillán ECOSUR Autor/a

Palabras clave:

agricultura urbana, desarrollos tecnológicos, desafío alimentario mundial, diversidad agrícola, conservación de recursos, población urbana, agricultura familiar, desafíos ambientales, México

Resumen

A lo largo de su historia, la humanidad ha experimentado varias crisis y desafíos a su supervivencia. Los desarrollos tecnológicos, sin embargo, le permitieron continuar su expansión planetaria por encima de los obstáculos que la naturaleza le imponía. La invención de la agricultura es quizás el hito más destacado de esta saga, porque resolvía de tajo la necesidad más imperiosa de su proceso expansivo: comer para sobrevivir y reproducirse.

La diversidad agrícola y su correspondiente diversidad tecnológica y cultural son hoy el orgullo de muchas naciones y centro de atención de importantes propuestas de manejo y conservación de recursos. Sin embargo, con frecuencia, el optimismo que emana de esta riqueza opaca la presencia de un gran desafío: la necesidad de mayores cantidades de alimentos para una población urbana mundial creciente que no los produce y que con frecuencia tampoco conoce su procedencia.

Diversas agencias internacionales y la mayoría de los gobiernos nacionales atienden el problema del abastecimiento de alimentos con estrategias agrícolas convencionales: uso de variedades mejoradas de alto rendimiento, aumento de las tierras agrícolas e intensificación de su uso. La magnitud del problema alimentario mundial politiza y vuelve complejos los debates de la soberanía alimentaria que podrían entenderse mejor si categorizamos las situaciones. El modelo industrial de producción de alimentos –monocultivos genéticamente homogéneos y muy productivos por el uso intensivo de agroquímicos– difícilmente podrá resolver el presente problema de alimentación humana sin agravar más los desafíos ambientales y sociales anteriormente mencionados. 

Sorprende cuando nos damos cuenta de que los requisitos para impulsar estas alternativas están casi cumplidos. Los componentes técnicos, organizativos y agrícolas están presentes; la diversidad que se maneja es la que se desea o se necesita; el manejo de recursos es cuidadoso porque es para consumo propio; se tiene la tecnología apropiada y está en constante evolución. La actividad agrícola está plenamente integrada a la economía familiar y representa la posibilidad de ingresos monetarios eventuales. Asimismo, las instituciones educativas y académicas –potenciales promotoras de la propuesta– ya cuentan con: experiencias pasadas y en marcha sobre varios de los puntos anteriores; capacidades docentes y de intercambio de experiencias; abundante información de referencia (videos, folletos, manuales, etc.); infraestructura e instalaciones apropiadas para capacitación; experiencias y capacidades en técnicas productivas agroecológicas, e interés por elaborar e implementar un proyecto orientado a producir para beneficio social.

Así, la agricultura familiar urbana tiene sus pilares más sólidos en la historia y la cultura locales. Fomentarla es también reconocer nuestras raíces y fortalece nuestra identidad. Vale la pena intentarlo. 

Biografía del autor/a

  • Trinidad Alemán Santillán, ECOSUR

    Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente. El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Referencias

- FAO (2010). Segundo informe del estado de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura en el mundo. Roma.

- FAO (11 de septiembre de 2018). FAO: Hambre aumenta en el mundo y en América Latina y el Caribe por tercer año consecutivo. Santiago de Chile. http://www.fao.org/americas/noticias/ver/es/c/1152160/

- ONU (2019). Una población en crecimiento. Nueva York. https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.htm

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Publicado

2019-10-30